viernes, 28 de junio de 2013

El Crucero Dresden


 

Por las costas de Chile
El crucero SMS "Dresden", de la armada imperial alemana cumplió varias misiones en  la zona del Pacifico: México, China, Las Malvinas, Coronel y Juan Fernández en donde fue hundido por la flota inglesa.

Características
El SMS "Dresden" fue un crucero ligero (Kleiner Kreuzer en alemán) de la Kaiserliche Marine alemana, botado en 1906, de 118 m de eslora y tres chimeneas, armado con 10 cañones de 105 mm, y el primer crucero alemán equipado con turbinas tipo Parsons y cuatro hélices navales tetrapalas, que le permitían alcanzar 28 nudos, cuatro más que su gemelo, el SMS "Emden".

SMS "Emden"
 


 Tuvo una destacada participación en la evacuación de alemanes radicados en el puerto de Veracruz en México a principios de 1914, llevando entre sus oficiales al teniente de navío Wilhelm Canaris.
Después de concluido el traslado, fue relevado por el crucero "Nürnberg" y partió a Alemania. Asumió el mando el capitán de navío Fritz Lüdecke.
 
Estando en plena travesía, recibió la noticia del inicio de hostilidades e instrucciones de navegar hacia la colonia alemana de Tsingtao, China, aún en poder de los alemanes y en donde se reabasteció.
Allí recibió órdenes de proseguir la navegación en pos de la flota del almirante Maximilian von Spee.

Se unió a la flota de von Spee en la isla de Pascua viniendo desde Tsingtao. Desde ahí zarpó con la flota hacia la costa sudamericana, específicamente al Cabo de Hornos.

 
BATALLA DE CORONEL
La batalla de Coronel o Batalla del día de Todos los Santos fue un combate naval de la Primera Guerra Mundial que se libró en aguas territoriales chilenas a la altura de la Bahía de Coronel (Chile), el 1 de noviembre de 1914 entre la flota del almirante alemán Maximilian von Spee  compuesta por los cruceros acorazados "Scharnhorst" y "Gneisenau" y los cruceros ligeros "Leipzig", "Nürnberg" y SMS "Dresden"  y la flota británica compuesta por el "Glasgow", el Crucero "Monmouth", el paquebote convertido en crucero auxiliar "Otranto" y el Crucero "Good Hope", al mando del almirante sir Christopher Cradock, en la que resultaron hundidos el "Good Hope" y el "Monmouth", muriendo el almirante Cradock en la batalla.
 
ESCUADRA ALEMANA
 
Crucero Acorazado SMS Scharnhorst. Buque Insignia
Crucero Ligero SMS Leipzig
Crucero Ligero SMS Nurnberg
Crucero Ligero SMS Dresden




 

Maximilian von Spee
Ambas escuadras se avistaron al atardecer del 1 de noviembre a 50 millas al frente de la bahía de Coronel, viniendo la escuadra alemana desde alta mar hacia el este y la escuadra británica pegada a la costa hacia el norte.

Cradock pensó en un ataque rápido y viró hacía la escuadra alemana con el "Good Hope" y sus cañones de 235 mm; a su vez, Von Spee viró a babor y se colocó paralelo. El "Scharnhorst" disparó hacia el "Good Hope" con un mayor peso y cadencia de tiro que el británico. El "Gneisenau" disparó sobre los navíos menores. A la décima andanada la escuadra británica estaba desbaratada.

Ya anocheciendo, la escuadra alemana, sin mayores daños, dispersó a los restos de la escuadra británica. El "Good Hope" y el "Monmouth" estaban gravemente dañados.
 
Una violenta explosión, al parecer en el pañol de municiones del "Good Hope" sirvió de referencia a los artilleros alemanes, quienes dispararon una salva en altura que cayó sobre el exánime navío y lo hizo estallar.

Almirante Christopher Cradock


 ESCUADRA INGLESA
 
Crucero "Monmouth"
Buque Insignia Crucero "Good Hope"
Crucero "Glasgow"
Paquebote "Otranto"


El "Monmouth" tenía un impacto a proa y se hundía lentamente; ya de noche (cerca de las 21 horas) se acercó el "Nürnberg" con su comandante, capitán del mar Karl von Schönberg, y remató al semi hundido navío a cañonazos. El "Glasgow" y el "Otranto" huyeron hacia el sur, buscando la protección del acorazado "Canopus", que en ese momento se encontraba a la altura de Chiloé. El rescate de náufragos británicos resultó imposible a causa de las grandes olas.

Acorazado HMS "Canopus"

Luego de haberse reunido la escuadra alemana, se alejó del lugar hacia Valparaíso para reaprovisionarse. Este simple hecho daría tiempo a Gran Bretaña para adelantarse a la próxima jugada de Spee.



Murieron 1.654 marinos británicos, además de la pérdida de dos cruceros pesados, quedando el Océano Pacífico a merced de la escuadra alemana. Von Spee supuso que las Islas Malvinas, importante enclave británico en el Atlántico Sur, estaban indefensas y decidió dirigirse hacia allí para tomarlas.



 

BATALLA DE LAS MALVINAS
La madrugada del 3 de diciembre de 1914, la escuadra alemana avanzó confiada hacia las Islas Malvinas. El plan de von Spee consistía en desembarcar una avanzada de infantería en la costa para apoderarse de la estación telegráfica de la isla y luego bombardear el puerto y hundir los navíos allí anclados.

Al acercarse a la isla, los alemanes divisaron el faro de la entrada del puerto junto con una inesperada sorpresa: había navíos de guerra dentro de la bahía, por lo que el "Gneisenau" suspendió en ese momento la operación de desembarco prevista y ordenó al "Nürnberg" con su comandante, capitán del mar Karl von Schönberg, atacar al buque situado más lejos del puerto. Los británicos, que ya habían descubierto la avanzada alemana, dispusieron el "Kent" para el combate, el único navío de cuantos disponían que en ese momento tenía las calderas encendidas y estaba en condiciones de entablar batalla. Pero cuando el "Kent" ya rebasaba la salida del puerto, los navíos alemanes recibieron la insólita orden de von Spee que les ordenaba "rehusar el combate".

El "Gneisenau" y el "Nürnberg" dieron entonces la vuelta y se reunieron con el grueso de la escuadra alemana. En ese momento se perdió una dorada y única oportunidad de obtener una aplastante victoria alemana. Tras divisar los mástiles del "Inflexible" y el "Invincible", los alemanes se retiraron a toda máquina hacia el este. Los marinos británicos, ya recuperados de la sorpresa inicial, tardaron aún dos horas en ponerse en condiciones de marcha.
 
La batalla, o más bien persecución, tuvo entonces dos frentes: los navíos alemanes "Scharnhorst" y "Gneisenau" se enfrentaron al "Invincible", "Inflexible" y al "Carnavon Castle", mientras que el resto fueron perseguidos por el "Kent" y el "Glasgow". La distancia inicial de 20 millas fue rápidamente acortada.

El "Leipzig", de velocidad menor, fue pronto alcanzado y se abrió fuego sobre él. Esto hizo que el "Dresden" pasase a segundo plano y pudiese huir gracias a sus turbinas Parsons, que le otorgaban mayor velocidad. Von Spee ordenó entonces a los cruceros ligeros huir, siendo el "Dresden" el que en ese momento se encontraba más alejado. Por su parte, von Spee y los cruceros acorazados cambiaron el rumbo hacia el sur, siempre perseguidos por los acorazados británicos.

Siete horas después, la persecución todavía continuaba. A 12 km de Port Stanley, el "Scharnhorst" recibió una salva del "Invincible" sobre un costado, sin que eso le hiciese demasiado daño. Sin embargo, a las 15 horas, el "Scharnhorst" recibió nuevamente una nueva andanada que destruyó la cubierta y creó vías de agua, por lo que comenzó a hundirse lentamente. Una hora después, en un último esfuerzo, el "Scharnhorst" intentó acortar distancias, acercándose escorado y semihundido hacia el "Invincible" con la intención de responder al fuego, pero la proa se metió bajo el agua y el barco acabó hundiéndose de proa. El almirante Maximilian von Spee y los 795 hombres de la tripulación quedaron atrapados en el buque y se hundieron con él. 
 

 
Mientras tanto, el "Gneisenau", navegando más adelante y con el teniente Heinrich von Spee (hijo del almirante) a bordo, asistió impotente al fin del buque insignia alemán. El crucero alemán viró y se enfrentó al "Carnavon Castle" y al "Inflexible", a los que luego se les unió el Invincible. El comandante del "Gneisenau", Otto Maerker, ordenó disparar sobre el "Inflexible" con los proyectiles de 210 mm y sobre el "Carnavon" con los de 150 mm. El "Inflexible" fue alcanzado tres veces sin mayores consecuencias. Éste respondió disparando al "Gneisenau", destruyendo su maquinaria propulsora. Entonces el capitán alemán ordenó abrir las válvulas y dejar que el buque se hundiera. A las 17 horas, una hora después del hundimiento del "Scharnhorst", el "Gneisenau" zozobró y se fue a pique. Sólo se pudieron rescatar 180 hombres de los 800 que componían la tripulación. Entre los desaparecidos se encontraba el teniente Heinrich von Spee.

Los británicos no deseaban que el SMS "Dresden" se les escabullera y dieron una batida de caza por toda la región austral sin encontrarlo.


El SMS "Dresden" en Valparaíso
Vista parcial del "Dresden"  fondeado en Valparaíso
 
El SMS "Dresden" navegó por los canales patagónicos en busca de refugio. Una vez agotado el carbón, se mantuvo escondido en estrechos canales patagónicos chilenos no demarcados geográficamente: isla Santa Inés, en el archipiélago del mismo nombre en el estrecho de Magallanes frente a la península de Brunswick e isla Santa Magdalena en el canal Moraleda frente a Puerto Cisnes, por espacio de varios meses y cambió de posición en muchas ocasiones, dentro de la misma zona. El lugar más espectacular fue el fiordo de Quintupeu, en cuya boca apenas cabía el SMS "Dresden". Llancahué, Porcelana y Cahuelmó que son unos parajes del sur de Chile, donde existen vertientes naturales de agua termal agrupados en pozones al aire libre. La tripulación sobrevivió gracias a la caza, pesca y fuentes de aguas naturales, así como a la ayuda de alemanes residentes en Chile, tales como Hary Rothenburg y Albert Pagels, este último fue el encargado de mover el buque por los canales.
 
Fiordo Quintupeu

 
EN LOS CANALES DEL SUR DE CHILE

El Fiordo Quintupeu, tiene una estrecha entrada de no más de un cable de ancho (185,2 metros), con un largo de tres millas y un ancho de media milla, rodeado de acantilados de unos 600 m de altura, cubiertos de profusa vegetación, útil para abastecer las calderas del buque con agua.

El 6 de febrero de 1915 llega hasta aquí el SMS "Dresden". Al pasar los enormes acantilados de la estrecha entrada, ven un velero con bandera alemana que resultó ser uno de los barcos de la flota de Carlos Oelkers de Calbuco que venía capitaneado por Enrique Oelkers, acompañado del eficiente colaborador Albert Pagels, quien les había informado de la emergencia del buque y traía víveres, carbón y mecánicos para llevarse las piezas dañadas a Calbuco y Puerto Montt.

Esa misma noche empezó la estancia del "Dresden" en este fiordo. A la mañana siguiente, muy temprano, se empieza con el desarme de las piezas dañadas. Todo el personal tenía algo que hacer, había que apurarse, pues no podrían quedarse mucho tiempo, ya que ello contravenía la Convención de La Haya. Se sacaron dos pesadísimas tapas de las calderas semifundidas,  así como ejes y partes de los comandos del timón. Todo fue trasladado al velero de la flota de Oelkers que partiría rumbo a Calbuco y Puerto Montt.

 


Al otro día se continuó con la labor de desarme de las últimas piezas dañadas con las que saldrían al día siguiente a las 5 de la mañana  en la lancha a vapor del buque al mando del capitán Wiebliz, Pagels y dos marineros, rumbo a la isla Guar para ser entregadas al mediodía en el solitario estero de Chipué a la Elfeide, la goleta de Pagels comandada por su colaborador Schindling, y llevarlos a reparar a Puerto Montt, estratagema meticulosamente elaborada con anterioridad para no delatar la posición del "Dresden".

En su regreso al buque, mantendrán un rumbo por 10 millas para luego virar a babor, a la cuadra de la isla Queulín y tomar el nuevo rumbo hacia la isla Llancahué. El pequeño motor a vapor de la lancha  manteniendo una velocidad de 7 nudos les auguraba una llegada en unas 7 horas. Al cambiar el rumbo hacia el oeste, favorecida por el viento de popa, la pequeña embarcación aumentó su andar a casi 8 nudos, lo que les permitió llegar al buque con el sol aún alto.
 
Sobre la cubierta encontraron un misterioso cajón. Cuando el capitán Wiebliz fue a informar sobre su misión al Comandante Lüdecke, le preguntó por el misterioso cajón. El comandante le informó que se trataba del molde que se usaría para concretar la caja que contenía el tesoro mexicano, el que intentaba fondear en Quintupeo, ya que no había sido posible depositarlo en un banco en Alemania. “Nuestro destino es demasiado incierto como para continuar con esta responsabilidad”, justificó el comandante. En la mañana, el misterioso cajón había desaparecido, no quedaba ni rastro de su existencia.

Partida de la zona de los fiordos

El 14 de Febrero de 1915 llegó la hora de partir. A las 8.30 A.M. el Comandante Lüdecke da la orden de levar anclas, luego reversa con timón a estribor, después avante y timón a babor. No era prudente pretender dar vuelta en redondo dentro de la media milla de ancho de Quintupeu.

En las embarcaciones los alemanes residentes los escoltaban. Al pasar la estrecha entrada del estero Wieblitz, el navegante dio el rumbo de 284º verdadero y velocidad económica de 16 nudos.  Antes de una hora las embarcaciones que los escoltaban ya habían desaparecido en el horizonte, el superior andar del "Dresden" los había separado cerca de 10 millas. El navegante, corrigió el rumbo al 301º después de pasar la isla Liliguapi para enfilar el paso entre el bajo Admistía y la isla Tabón, luego al 296º para enfilar el canal Chacao.

Luego de pasar el banco Aquiles y con la isla Doña Sebastiana (frente a Carelmapu) a la cuadra por estribor, el capitán cambia el rumbo al 344º verdadero, hacia el norte, sin un destino preciso, esperando encontrarse con el carguero "Gotha" que supuestamente les daría carbón y víveres. Lo esperan ansiosamente, a veces a la deriva con las máquinas paradas para ahorrar combustible.

El 27 de febrero a la altura del puerto de Corral sorprendió y hundió a la barca inglesa "Cornwall Castle"; llevaban algunos víveres pero nada de carbón.

4 de Marzo. Un velero peruano accede a llevar a la tripulación del velero inglés a Valparaíso.

8 de Marzo. Se divisa un buque de tres chimeneas, es el crucero inglés "Kent" que los sigue por unas cuantas millas. Max Schmidt  el telegrafista escucha por la radio: “Encontramos al Dresden”.

9 de Marzo. Llegan a la isla Más a Tierra del archipiélago Juan Fernández con los últimos restos de carbón que les quedaban. A las 8.30 fondean en bahía Cumberland. La tripulación baja a tierra y es recibida amigablemente por los isleños.
 
El gobierno chileno sólo ofreció 72 horas de reparación con sus propios medios o internación. Estando en estos trámites, una fuerza inglesa lo sorprende fondeado.
 

 


FIN DE UNA TRAVESIA




HMS "Orama"
HMS "Glasgow"
HMS "Kent"

 
14 de Marzo. Es avistado por el oeste el buque inglés "Glasgow", luego el "Orama" y el "Kent". A las 8.50 los buques ingleses rompen el fuego y enfilan por la popa del "Dresden". Los alemanes contestan, pero la superioridad del enemigo es abrumadora. En el "Dresden" se declaró un incendio incontrolable, el Comandante Lüdecke ordena desembarcar a la tripulación para luego hacer estallar la santabárbara de proa. A las 11.34 del 14 de marzo de 1915 el "Dresden" se hunde por la proa con la bandera de la Marina Imperial Alemana al tope.



 
Secuencia de fotos desde que recibe el primer impacto hasta su hundimiento
 



Wilhelm Canaris
En tierra se hace un recuento. Hay quince heridos graves, siete leves, dos muertos y cinco desaparecidos. Los heridos embarcados en el "Orama", fueron trasladados al hospital Alemán de Valparaíso. El resto de la tripulación fue embarcada en los cruceros "Esmeralda" y "Zenteno" de la Armada de Chile para ser llevados a Valparaíso y posteriormente a la isla Quiriquina (Talcahuano) donde permanecen prisioneros hasta el final de la guerra.

 Tan sólo tres integrantes se fugaron, entre ellos el teniente de navío Wilhelm Canaris, futuro jefe de la Abwehr en el período nazi. Al término de la internación alrededor de 60 marinos permanecieron en Chile. Augusto Böegel, el maquinista del "Dresden", recibió en 1970 la Cruz al Mérito Bernardo O’Higgins por su labor en la comunidad de Puerto Varas.



Este acontecimiento tuvo en Chile una repercusión debido al hundimiento del "Dresden". En la Revista "Caras y Caretas" de Argentina de fecha 21 de marzo de 1915 se publicaba lo siguiente sobre este tema:

El hundimiento del Dresden ha venido a crear una situación difícil para el gobierno de Chile. Ambos beligerantes han violado la neutralidad. Primero el Dresden, quedándose fondeado varios días en Cumberland, en espera de víveres  y carbón; luego los ingleses, hundiendo al buque enemigo en aguas neutrales de Chile.

¿Qué resultara de este casus belli? ¡imposible de predecirlo!

ALGUNAS PUBLICACIONES DE LA EPOCA

 







 


 
Ver también: ¿Estuvo el crucero Dresden en Quitupeu?

Glosario:

SMS = "Seiner Majestät Schiff", o "Buque de Su Majestad".
HMS = "He/Her Majestic Ship" o "Buque de su Majestad"
      1 milla = 1.852 metros.
      1 yarda =  1.093 metros
      1 cable = 185,2 metros

miércoles, 19 de junio de 2013

Fuga de la Barca "Tinto"



 

La odisea vivida por los tripulantes de la barca “Tinto” constituye la más audaz y novelesca aventura de marinos alemanes que, internados en Chile durante la Primera Guerra Mundial, lograron arrancarse y volver a su patria para continuar la lucha.

El velero alemán “Herzogin Cecilie”, buque escuela para marinos mercantes de la Norddeutscher Lloyd de Bremen, recaló al puerto de Coquimbo el 24 de Julio de 1914, una semana antes que comenzara la Primera Guerra Mundial.


Velero "Herzogin Cecilie"

Ante la situación que se empezaba a vivir, el capitán Ballehr decidió solicitar al gobierno de Chile la internación temporal de la nave para evitar una muy posible captura en alta mar.
 
SMS "Dresden"

El 14 de Marzo de 1915 el crucero alemán “Dresden” había solicitado su internación en la isla de Más a Tierra del archipiélago de Juan Fernández ante el acoso que sentía de la escuadra británica; pero ese día sus perseguidores, los cruceros “Kent”, “Glasgow” y “Orama”, recalaron a la isla y se colocaron en línea de combate.


HMS "Glasgow"

HMS "Kent"


HMS "Orama" 

 
 

Wilhelm Canaris
El teniente Wilhelm Canaris, perteneciente a la dotación del buque alemán, se dirigió a bordo del “Glasgow” e hizo ver que se encontraban internados en aguas neutrales; pero la respuesta del comandante británico fue que la cuestión de la neutralidad era un problema entre los gobiernos del Reino Unido y de Chile y que procedería a hundirlo en el caso que no se rindiera.

Mientras el oficial parlamentaba, el comandante del “Dresden”, Fritz Emil Lüdecke, tomó las medidas para hundir al crucero, por lo que apenas recibió la negativa enemiga, ordenó desembarcar a la tripulación e hizo abrir las válvulas de fondo y explotar la santabárbara de proa, yéndose a pique a unos doscientos metros de la costa.
Los tripulantes fueron internados, en conformidad con el Derecho Internacional, en la isla Quiriquina.

En Valparaíso se encontraba arraigado el vapor alemán “Göttingen”, donde un grupo de sus tripulantes, en contacto con oficiales del “Herzogin Cecilie”, idearon adquirir alguna vieja embarcación para regresar a Alemania, para lo cual invitaron a tripulantes del “Dresden”.
 
A través de la colonia alemana del Sur, los confabulados tuvieron conocimiento de la existencia de una vieja barca de tres palos llamada “Tinto”, de 477 toneladas, 55 metros de eslora y 8,1 de manga que se encontraba al ancla en Calbuco y pertenecía al armador Carlos Oelckers, quien la podría vender en $ 75.000.
 
Había sido construida en Liverpool en 1852 y a la sazón tenía 64 años.  En 1878 había pasado por última vez el Cabo de Hornos.  Se hallaba en pésimas condiciones:  el casco hacía agua, la broma corroía la madera y el velamen estaba en muy mal estado.

Los alemanes consiguieron el dinero adquiriéndola a la firma naviera Glütschow y Piza en Valparaíso.   Un grupo de dieciséis oficiales y cadetes del “Herzogin Cecilie” y dos del “Göttingen” salieron en pequeños grupos, cada dos días, vestidos de civil, con sólo una bolsa como equipaje, en el tren al Sur. Un telegrama en clave alertó a seis oficiales, tres suboficiales y diez marineros de la dotación del “Dresden”, en la isla Quiriquina, de que era la hora de partir para abordar a la barca “Tinto”, los que se fugaron los días 18 y 19 de Octubre de 1916.

Para la huida se había contratado un bote de pescadores, pero fue interceptado por los vigilantes, por lo que decidieron tocar la alarma de incendio y aprovechando el caos que se produjo, llegaron a tierra al amparo de la oscuridad de la noche. Estaban vestidos con ropa proporcionada por la colonia alemana de Concepción y abordaron el tren a Osorno.

A un abogado de Calbuco le había llamado la atención el inusual movimiento en la barca “Tinto”, el despido de su tripulación chilena y la gran cantidad de facciones sajonas que se veían, por lo que advirtió al vicecónsul inglés de Valdivia, el cual, a su vez, informó al Ministro Plenipotenciario británico en Santiago.
 

Fritz Emil Lüdecke
El diplomático se puso rápidamente en movimiento y alertó al Presidente de la República, el que ordenó al Gobernador de Carelmapu detener en forma urgente cualquier zarpe de la nave hasta recibir nuevas instrucciones y efectuar una investigación.

Como el Gobernador de Calbuco, Liborio Echáñez, optara por demorar cualquier respuesta, el inquieto Ministro Plenipotenciario británico obtuvo que el gobierno encargara la misión al Intendente de Llanquihue, quien se embarcó, el 18 de Octubre de 1916, en la escampavía “Cóndor” de la Armada, encontrando que la “Tinto” estaba lista para hacerse a la mar.

Las autoridades se encontraron con una tripulación tomada por sorpresa, la cual era totalmente de nacionalidad alemana y nadie hablaba castellano. Habían solicitado una licencia para viajar al Callao, con escala en Melinka. Se sucedieron pesquisas, reconocimientos e interrogatorios, e incluso se acusó al capitán de haber trasladado objetos sospechosos a tierra durante la noche, pero nada se pudo probar.

Según el armador, el buque había sido arrendado para hacer un viaje al Perú y según los tripulantes harían cabotaje a Melinka, pero aparte de encontrar un exceso de víveres y haber sido recientemente caducados los permisos correspondientes para zarpar, no se encontró nada que pudiera justificar arraigar el buque.

Entretanto los tripulantes evadidos de Guayacán y de la isla Quiriquina, aguardaban en fundos de familias alemanas de Osorno. El teniente del “Dresden”, Karl Richarz, que tomaría el mando de la “Tinto” decidió que, para despistar a las autoridades, debería desembarcar la tripulación alemana devolver el buque a los chilenos, mientras los primeros simulaban regresar al Norte.

Paralelamente contrataron la goleta chilota “Chola”, en la que cargaron todos los víveres el 10 de Noviembre, la cual, al mando del patrón Matías Yáñez y tripulada por seis alemanes y un chileno, se largó de Calbuco sin pedir autorización de zarpe.

Se dirigió a Puerto Montt y durante la noche se embarcaron en la isla Tenglo diez alemanes y navegó para encontrarse con la “Tinto” en bahía Tic-Toc, frente a la boca del Guafo.

De esta forma se hicieron a la mar ocho tripulantes del crucero “Dresden”, cuatro del vapor “Göttingen” y dieciséis cadetes del “Herzogin Cecilie”.

Cuando la lancha “Chola” regresó a Puerto Montt, se procedió a su detención e incomunicación.

La situación pareció inaudita al Ministro Plenipotenciario inglés, quien ejerció toda clase de presiones sobre el gobierno y éste, sobre la Dirección General de la Armada.

La Corte Suprema procedió a nombrar al Ministro de la Corte de Apelaciones de Valdivia, Julio Zenteno Barros, para que se abocara al conocimiento de todos los procesos relacionados con la barca “Tinto”.

El 3 de Diciembre de 1916 los fugados lograron alejarse de la costa chilota y navegar hacia el Sur para cruzar por el Cabo de Hornos y dirigirse al Norte por el océano Atlántico.

El 25 de Marzo de 1917, en el tramo más peligroso y final de su aventura, el mar del Norte, los tripulantes de la “Tinto” avistaron dos buques de guerra británicos, el acorazado “Minotaur” y un crucero; rápidamente bajaron un letrero por la popa, donde se leía, “Eva - Noruega” e izaron la bandera de la nación escandinava, lanzando por la borda la antena y el equipo de radio. Los libros de navegación, los instrumentos de valor y los sextantes de los cadetes fueron escondidos en la sentina, junto a cualquier otro elemento que pudiera despertar sospechas de los visitantes.
 
Acorazado HMS "Minotaur"
 
A una orden del buque inglés, la “Tinto” se detuvo a esperar una embarcación despachada para inspeccionarla. Al acercarse, consultaron por el nombre del velero, la carga que llevaba y los puertos de zarpe y de destino.
Luego de una nerviosa espera, los buques de guerra continuaron su camino.

Ese mismo día, horas después, fueron avistados por un pequeño crucero inglés, que pasó cerca, pero gracias al temporal, la neblina y la noche, la “Tinto” logró escabullirse.

Al acercarse a Trondheim, en la costa noruega, un vapor mercante que llevaba la misma dirección, les pasó remolque, logrando fondear, sanos y salvos el 31 de Marzo de 1917, después de doce mil millas navegadas y cuatro meses de viaje.


Historia escrita por el señor German Bravo Valdivieso en la Revista Liga Marítima de Chile

martes, 18 de junio de 2013

La Odisea del velero Herzogin Cecilie



Los marineros que no regresaron

Esta historia está relacionada con algunos de los tantos hechos que ocurrieron en nuestras costas chilenas durante la Primera Guerra Mundial, en donde la flota alemana e inglesa navegaban por todos los mares dándose caza los unos a los otros por el poder marítimo.

El velero “Herzogin Cecilie”, o como se la conocía más cariñosamente, “La Duquesa”. Era una barca de cuatro mástiles de acero construido por Rickmers de Bremerhaven en 1902 como buque escuela para Norddeutscher Lloyd (línea Lloyd del norte de Alemania), de 334 pies y 8 pulgadas de largo (102,01 m), con una manga de 46 pies y 3 pulgadas (14,10 m) y un calado de 24 pies y 2 pulgadas (7,37 m) con un tonelaje bruto de 3.242 toneladas. Fue lanzado el 22 de abril de 1902 y la finalización de su obra en junio de ese año.

A diferencia de otros barcos mercantes contemporáneos alemanes, los Flying-P-Liner negros de la Compañía F. Laeisz of Hambuerg o los barcos verdes de Rickmers Line, el “Herzogin Cecilie” estaba pintado en blanco. Fue uno de los veleros (windjammers*) más rápidos jamás construidos: con un registro de velocidad de 21 nudos en Skagen (Dinamarca).
 
Los "negros" de la Compañía Flying P Liner
 
Los "verdes" de la Compañía Rickmers


Números Oficiales y Código de Letras
Los números oficiales fueron un precursor de los números de la IMO. El “Herzogin Cecilie” tenía el número oficial de Finlandia 703 y utilizaba el código de Letras TPMK.


Escudo de Norddeutscher Lloyd



La Odisea
El imponente velero “Herzogin Cecilie” zarpo del puerto de Havenbremen, con treinta y cinco cadetes motes (“Schiftjunge”) de la Escuela Náutica de Bremen, éste era su primer embarque.

Los cadetes de segundo año (“Light Matrose”) y los de tercero (“Matrose”), ya habían experimentado el rigor y los sacrificios que la vida en el mar les exigía y habían aceptado el desafío de convertirse, algún día, en marinos de verdad.

Ya habían vivido tristes despedidas y largas ausencias, pero también habían disfrutado de felices retornos y cálidas bienvenidas.

 Los siete brigadieres (“Obermatrose”) sentían, además, el orgullo de haber sido elegidos como instructores, para traspasar sus conocimientos a los nuevos cadetes. Terminado este viaje quedarían en tierra terminando sus estudios, antes de entrar al servicio de los barcos de la Norddeutscher Lloyd de Bremen.
 

Otro era el sentimiento de los tres pilotines chilenos que formaban parte de la dotación. Después de haber egresado de la Escuela de Pilotines, habían sido seleccionados para embarcarse durante tres años en este buque escuela, gracias a un convenio con la Escuela Náutica de Bremen, y ahora retornaban definitivamente a casa.


Fotografías aparecidas en la revista Zig-Zag en 1911


Sin embargo, esa gris y lluviosa mañana del 5 de Mayo de 1914, ninguno de los que ese día iniciaban su navegación hacia puertos chilenos podía imaginar el inesperado desenlace de este viaje.

El 25 de Julio de 1914, después de ochenta días de navegación, la esbelta figura blanca del imponente velero de cuatro palos “Herzogin Cecilie” hacía su entrada en la abrigada bahía de La Herradura. Allí, el bergantín de 94,49 metros de eslora y 3.242 toneladas de registro bruto descargaría las 2.500 toneladas de carbón que traía desde Nordeham, destinadas a la fundición de Guayacán.

Edificio principal de la NDL
A bordo todo era alegría. En el puerto, jóvenes alumnos de la Escuela de Pilotines de la Marina Mercante Nacional y los padres, familiares y amigos de los tres pilotines chilenos se habían congregado en el muelle para darles la bienvenida.
Pañuelos blancos y banderitas chilenas agitados al aire se mezclaban con las de color blanco-rojo y negro de algunos miembros de la colonia alemana.
 
A pesar de las dificultades propias de la navegación, la travesía había sido todo un éxito.

Los cadetes de primer año habían tenido su bautismo de fuego y después de cruzar los océanos y dar la vuelta al Cabo de Hornos soportando las inclemencias del tiempo, ya se sentían verdaderos marinos.
Los más antiguos habían crecido en su formación profesional y después de este segundo o tercer viaje, se sentían mucho más preparados para la vida en el mar. Ningún accidente que lamentar. Ninguna baja en la dotación. Todo perfecto.


Sin embargo, no serían los peligros de la naturaleza en el cruce de los océanos los que cambiarían definitivamente el destino de los cadetes, sino los sucesos políticos que convulsionaron Europa y que arrastraron al mundo entero a las consecuencias de la más cruenta tragedia bélica.

El 28 de Junio de 1914, en Sarajevo, es asesinado el Archiduque de Austria Fernando Francisco y este hecho, de connotación netamente política, sería el detonante de la reacción en cadena de las potencias europeas que encontraron propicia la oportunidad para zanjar, por la vía armada, sus múltiples y variadas diferencias derivadas, principalmente, de cuestiones hegemónicas y territoriales.

A la declaración de guerra de Austria- Hungría a Serbia, siguió la de Alemania a Rusia y después, de Alemania a Francia hasta que, el 4 de Agosto, Inglaterra declara la guerra a Alemania.

El peligro que significaba para la dotación del buque-escuela, navegar en medio de un escenario marítimo de alto riesgo bélico constituía una gran responsabilidad para su capitán Dietrich Ballehr, por lo que la Norddeutscher Lloyd, le ordenó solicitar la protección del gobierno de Chile, como país neutral, procediéndose a su “internación”, de acuerdo a las normas del derecho internacional, tal como ocurrió, en diversos puertos del país, con otros barcos mercantes alemanes, incluso, con la tripulación del famoso crucero "Dresden", hundido en Juan Fernández.
Crucero SMS "Dresden"
Este status jurídico mantuvo al velero alemán fondeado durante seis años en la bahía de La Herradura en Coquimbo, hasta que el 12 de Agosto del año 1920 fue autorizado su zarpe de regreso a su patria para ser entregado a Francia como parte de las compensaciones de guerra.

Al zarpe, cincuenta y ocho de los cadetes que se habían embarcado en Alemania ya no estaban a bordo.

 Dos habían fallecido y sus cuerpos enterrados en el Cementerio de Coquimbo. Dieciséis habían abandonado subrepticiamente el buque hacía cuatro años, para unirse a la increíble aventura de la legendaria barca “Tinto”, formando parte de su tripulación, junto a ocho marinos de la dotación del “Dresden” y cuatro hombres de la dotación del vapor “Göttingen”.
 
El resto de los cadetes, sin esperanzas de un pronto retorno a su patria, en el curso de estos seis años de “internación”, poco a poco se fueron desembarcando.

A sus edades, seis años es demasiado tiempo; para muchos de los cadetes representaba un tercio de sus cortas vidas.
Ayudados por nuestra tradicional hospitalidad, este puñado de jóvenes alemanes poco a poco pudo ir construyendo lazos con nuestra Patria.

Fueron numerosas las familias que les brindaron cálida acogida. No sólo familias de origen germano sino también numerosas familias chilenas e incluso, algunas, de origen anglo.
Muchas de estas personas les abrieron las puertas de sus corazones, de sus hogares y les brindaron su generoso apoyo en el campo laboral.

Duquesa Cecillie de Mecklemburgo, princesa heredera de Prusia, en 1908,
por quien fue nombrado el buque.



Este grupo de muchachos formado en el rigor de la vida en el mar constituyó un valioso aporte para las fábricas, negocios, empresas, y demás actividades productivas y de servicios en las que fueron acogidos, lo que les permitió integrarse plenamente a la vida nacional en las más diversas actividades laborales, económicas y sociales a lo largo de todo el país.
Aquí formaron familia y tomaron a Chile como su segunda patria.

Sus descendientes chilenos, cuyos apellidos germanos nos recuerdan el origen de sus progenitores, sobrepasan hoy el millar, entre hijos, nietos y bisnietos y se encuentran repartidos en los más diversos puntos del país desarrollando variadas actividades. Entre todos ellos existe el nexo común: Llevar la sangre de un cadete del "Herzogin Cecilie".


Marineros limpiando la cubierta (1934?)
 

 
Epilogo de la nave.
El velero “Herzogin Cecilie” luego de ser entregado a Francia trato de ser recomprado por los alemanes, pero fueron rechazados de plano, y finalmente pasó a ser propiedad finlandesa, siendo comprado y comandado por el capitán Gustavo Erickson de Mariehamn. Bajo su propiedad el “Herzogin Cecilie” llevo carga de todo el mundo, pero fue la “Carrera del Grano” de Australia que lo hizo famoso.
Parte final del itinerario del velero
 En 1936 la "Duquesa” comenzó lo que iba a ser su último viaje y la última Carrera del Grano. Desde el puerto Lincoln en Australia a Falmouth Inglaterra, le tomó sólo 86 días, superando cómodamente a su rival más cercano, el Pommern, por siete días enteros. Sus órdenes eran de Falmouth proceder a Ipswich (costa Este de Inglaterra) para descargar su cargamento de grano, pero dos días después, en la madrugada del 25 de enero, en una espesa niebla y un mar agitado el “Herzogin Cecilie” toca fondo en el islote de rocas llamado Ham Stone Rock  y es arrastrado a la deriva hacia los acantilados de Bolt Head en la costa sur de Devon, a pocas millas de Salcombe. El barco es golpeado fuertemente en su bodega de proa. Por efecto de este golpe se inclina de cabeza y comienzan las cubiertas a inundarse.

Vista actual de las Ham Stone Rock

Durante siete semanas, el “Herzogin Cecilie” yacía abandonado mientras sus cuatro y media toneladas de granos se podrían y fermentaban. El hedor era terrible y los temores de que se contaminara la playa alrededor de Salcombe mantuvieron al propietario y al Consejo Local argumentando sobre este posible problema ecológico. Todos los días enormes multitudes se reunieron para ver al “Duquesa” y los agricultores locales hicieron una fortuna cobrando a la gente el derecho a cruzar por sus tierras para una mejor visión.
 

varado en Bolt Head

Finalmente el grano se hincho tanto que empezó a romper las cubiertas, y esto pareció desvanecer los intentos de rescate. Para el 7 de junio suficiente carga en descomposición había sido retirada para permitir la instalación de bombas de gran potencia, y en cada marea alta, los remolcadores intentaron varias veces zafar el barco y llevarlo mar adentro. Finalmente, el 19 de junio el “Herzogin Cecillie” flotaba nuevamente. El ayuntamiento no autorizaba que el barco fuera remolcado a Salcombe, temiendo toda clase de enfermedades, así que al final la "Duquesa" fue varada en Starhole Bay en la boca del Estuario Kingsbridge justo a la entrada del puerto.
El "Herzogin Cecilie" remolcado
 
Desafortunadamente lo que parecía ser un fondo "seguro" de arena, ocultaba rocas las que con los temporales de julio rompieron el casco y sus mástiles pronto se desplomaron en el mar. Los restos de la nave se asentaron a una profundidad de 7 metros.
 
 
 
Fue el principio del fin. Irónicamente, si las autoridades de Salcombe le hubieran permitido entrar al puerto ya que se encontraba casi sin carga, la nave se hubiera salvado antes de que llegaran los vendavales.
El grano que salió fuera de los restos del naufragio y se deposito en las playas, no causó ningún tipo de contaminación porque las gaviotas se comieron la mayor parte de este y el resto se disperso por el agua.
 
En los meses siguientes todos los accesorios fueron despojados de los restos del naufragio, la bella figura decorativa enviada a un museo en Finlandia, y los restos vendida a un comerciante de chatarra local por la suma de £ 225 . Un triste final para una nave maravillosa.
el rival en la carrera del grano: Velero  "Pommern"
 
 
REFERENCIAS
(*) Windjammers  es un tipo de velero grande, con una gran plancha de acero que cubre su casco en casi su totalidad y fue construido para transportar carga a principios del siglo XIX y XX. Los Windjammers eran los veleros mercantes mas grandes, con entre tres y cinco grandes mástiles y velas cuadradas, lo que les daba un perfil característico.
- Wikipedia.
- La historia de la Odisea esta relatada por el señor Patricio Marambio Hurtado, en la
   Revista Liga Marítima de Chile.